Además de abarcar el derecho a una educación de calidad para los menores que acuden a las escuelas, allí se les proporciona un entorno seguro y saludable, con acceso a agua y saneamiento, donde se fomentan hábitos saludables y campañas de vacunación, tan necesarias en un contexto de vulnerabilidad infantil.
Porque las aulas son la base del progreso de la infancia: permiten adquirir habilidades y conocimientos que despiertan posibilidades y brindan oportunidades, pero también aseguran la protección, la nutrición y la higiene para que niños y jóvenes puedan crecer y desarrollar todo su potencial.
Gracias a programas como este, se han logrado grandes progresos en el acceso a la educación en África. Entre el año 2000 y 2019, la proporción de niños y niñas africanos no escolarizados en escuela primaria se ha reducido a la mitad: del 35% al 17%. Un avance clave que permite que los niños que acuden a la escuela puedan formarse al mismo tiempo que tienen acceso al agua potable, las medicinas o la alimentación que tanto necesitan y que a menudo no tienen en sus hogares.
Además de la aportación económica, la empresa se compromete a difundir los llamamientos de emergencia de UNICEF por sus cauces de comunicación habituales. En la foto vemos al director gerente de IZAR, Oscar De Manuel, en el acto de la firma del convenio junto con Isidro Elezgarai, Presidente de UNICEF Comité País Vasco.