Amets nace con el objetivo de convertirse en un referente internacional en electrónica de potencia, aportando tecnologías clave en un contexto de transición energética y de fuerte crecimiento de las energías renovables. La nueva compañía surge de la alianza entre la experiencia industrial de Arteche, el ecosistema cooperativo de Mondragon y las capacidades tecnológicas de Ikerlan, centro tecnológico integrado en la corporación.
La empresa inicia su andadura con una inversión inicial de 5 millones de euros y prevé incorporar entre 50 y 55 perfiles altamente cualificados en esta primera fase. Su plan es desarrollar los primeros productos en un plazo de dos años, con aplicaciones orientadas a las redes eléctricas, la industria y el almacenamiento energético.
Según destacaron en la presentación los responsables de ambas compañías, este proyecto responde a la necesidad de contar con redes eléctricas más robustas, seguras y adaptadas al nuevo modelo energético, especialmente tras la reciente aprobación del decreto antiapagón.
Amets está participada al 50% por Arteche y Mondragon (un 40% de forma directa y un 10% a través de Ikerlan), y cuenta con un consejo formado por representantes de las tres entidades. La ubicación de la futura planta industrial vinculada al proyecto está aún por determinar.
Los mercados prioritarios para Amets serán aquellos donde la penetración de las renovables es mayor, como España, Estados Unidos, Australia, México o Brasil, aunque con una clara vocación internacional.